Y aquel yogurín...

lunes, 16 de septiembre de 2013

7 comentarios  

Un día como hoy hace exactamente cuatro años escribía la que, hasta hoy, ha sido la entrada mas leída de este blog. No parece casualidad que, esa entrada, sea la mas leída al día de hoy, como tampoco es casualidad que me haya decidido a retomar la escritura de este blog un día dieciséis de septiembre.

Nada me hacía presagiar que, aquel yogurín, con el que pasé grandes momentos en el pasado (a pesar de lo poco que llegamos a conocernos) pero que dejó una gran marca en mi, iba a retornar a mi vida por una de esas no-casualidades de la vida. Y es que, la distancia que nos separó aquel día uno de septiembre de dos mil ocho, ahora por fin, no va a ser problema para que él y yo estemos juntos a pesar de que debamos pasar algunas temporadas separados físicamente.

Tampoco podía imaginar, ni en lo mas remoto de mis pensamientos, que aquel sentimiento que siempre conservé en estos cinco años de "ojalá algún día vuelva", él también lo tenía. Ni que se arrepintiera del tiempo que no pasamos juntos. Menos aún que, esa entrada mas leída del blog, él la leía una y otra vez en sus momentos bajos. Él jamás me comentó nada porque pensaba que yo ya habría rehecho mi vida y pasado página, mientras que yo a él no le "tanteaba" porque creía que ya no tenía ningún interés en mi. Y eso que, en estos cinco años, no es que hayamos tenido un contacto habitual, pero tampoco es que no nos hayamos dirigido la palabra. Encontrar un mensaje suyo en el "Inbox" era un motivo de alegría y añoranza de lo que pudo ser y no fue, pero que ahora, por fin, se ha hecho realidad.

Obviamente nuestra separación en aquel momento hizo que, cada uno, hiciese y rehiciese su vida, cada cual con mayor o menor fortuna, con mayores o menores aciertos y equívocos, pero así es como se escribe la vida, "al andar se hace camino", o como reza el título de éste blog, "cortando pelotas se aprende a capar".

Me he tomado la molestia de rebuscar en el antiguo blog cómo describí aquel momento y, como tengo la memoria que tengo y no lo recordaba, me ha sorprendido enormemente volver a leerme estas palabras:

Para terminar el tocho de hoy, por no aburrir, y además que estoy bastante cansado, resumiré muy brevemente lo de ÉL y mi último fin de semana allí. Nos conocíamos de hacía mas de un año, él me gustaba mucho pero por circunstancias varias tuvimos que dejar de vernos. Al principio mi intención era tener un "sexfriend", o folla-amigo, o como se le quiera llamar, pero cuando alguien te hace "tilin" te das cuenta. Yo me dí cuenta, pero aunque me costó mucho, lo fui olvidando poco a poco. Dos días antes de terminar mi vida en Campillos nos reencontramos, un sábado, y el domingo repetimos. El sexo no era lo importante, y mas cuando te das cuenta de que te has enamorado: esa sonrisa tonta, los besos, las caricias. Pasaba mis dedos sobre sus cejas mientras nos hablábamos con la mirada con nuestras caras a sólo unos centímetros uno del otro, y me dí cuenta de que con él es con quien quiero compartir mi vida. La mayor paradoja del destino es que, después de tres años fuera de casa, y dos en Campillos, evitando tener nada serio por evitar la separación a mi regreso a Madrid, me he ido a enamorar y a echarme un novio horas antes de que todo terminase.

Hoy, dieciséis de septiembre, aquel yogurín (que ya no lo es tanto) cumple años. Mientras, quien escribe, se encuentra a mas de mil kilómetros de él. Lejos físicamente pero cerca en espíritu, leí alguna vez por ahí. Pero, tengo la seguridad de que habrá muchos mas cumpleaños por delante donde no haya distancia física entre nosotros porque, como dice la canción (aunque sea para Marta, no para Dani), espero que la partida sea larga. He puesto boca arriba todas mis cartas, y sé que las tuyas también están así.