El pasado sábado Diego y yo nos fuimos a una concentración de coches clásicos en Mocejón, él con la Siata y yo con el Land Rover. Era la primera vez que lo llevaba a una concentración y la verdad que todo el mundo se nos quedó mirando cuando nos vieron llegar juntos. Fué una concentración chula porque hicimos ruta por varias carreteras en caravana (unos 50 coches, casi nada) y visitamos varios pueblos. Miguel llegó tarde pero por suerte se pudo unir, eso si, somos unos lerdos y nos volvimos a quedar sin foto de los tres. Para la proxima.
jueves, 31 de diciembre de 2009
martes, 29 de diciembre de 2009
Estos dias atras, hemos podido disfrutar en Príncipe Pío de una exposición ferroviaria sobre el 20 aniversario de Cercanías Madrid, y sin duda alguna que el mayor atractivo de la exposición era poder disfrutar de una unidad 440 en color original. Los no ferroviarios seguro que recordáis aquellos trenes azules y amarillos ochenteros, que tenían unos peculiares asientos de skay rojo, y cuya calefacción te abrasaba en invierno.
Ha sido fabuloso volver un montón de años atrás y revivir aquellos viajes de la infancia.
lunes, 28 de diciembre de 2009
No, no he abandonado el blog. Sólo que he tenido unos dias bastante ajetreados, eso si. Entre viajes de trabajo, gestiones, compras, cenas, comidas, festejos, etc... pues casi no he parado (y siendo sinceros, tampoco he tenido muchas ganas de escribir). Antes de dar en unos dias por finalizado el relato de mis vacaciones, haré un "update" de lo acontecido en las últimas semanas por aqui.
Lúa
Hace unas semanas llevé a mi gata Lúa al veterinario para esterilizarla. Fué una operación de un par de horas y salió todo a la perfección. Cuando volví a recogerla el veterinario le habia puesto la típica campana que ponen a los animales para que no se chupen, y se ha tirado casi dos semanas con la campana puesta para evitar se quitase las grapas de la cicatriz. Hoy hemos ido al veterinario y le ha quitado las grapas y la campana, está 100 % recuperada y tan cariñosa y graciosa como siempre.
Por Valencia
A pesar de lo mucho que viajo a Valencia, nunca he podido salir por allí porque, como siempre viajo de noche, duermo de dia, y vuelvo a viajar de noche, con lo que salvo algún paseo rapidito por el centro, poco mas puedo hacer. Pero hace unas semanas me tocó viajar en Sábado, y además, de día. Fué un viaje muy interesante, lo mismo pasabas de una espesa niebla a un dia soleado en un solo instante. Una vez allí, salí con un amigo y su novia a cenar y después fuimos a un garito que tenía ganas de conocer, el Café de La Seu, un sitio tranquilo para tomarse algo charlando con los amigos. Lo conocí gracias a "Lo Que Surja", serie altamente recomendable (Y si os gustan Twinks como a mi, echarle un ojo al tal "Ego"...), pues allí han rodado bastantes escenas de la serie. Lo único que no me gustó especialmente es que, los únicos jovencitos, éramos nosotros y un par de chicos en la mesa de al lado, uno de los cuales llevaba unos pelos que a Miguel le hubiera dejado patidifuso, momificado, colapsado e incapacitado técnicamente para pronunciar cualquier tipo de palabra si le llega a ver (el fetichismo por los pelos largos es su perdición). También aproveché para probar el Agua de Valencia (muy buena, por cierto) aprovechando que al dia siguiente me volvía de viajero en un Alaris. Una salida interesante que ojalá que pueda repetir en otra ocasión.
Mario Leñador
En mi casa hace mucho frio. De entrada, no tiene calefacción, sólo radiadores eléctricos que si conectase a diario tendría que empeñar la nómina y la paga extra en agradecer a Unión Fenosa sus fabulosos culombios y megawatios. Mi casa no está bien aislada, entra aire de la calle por todos lados, y además, rodeado todo de campo, mucho no se protege. A pesar de todo poco a poco mi padre va arreglándome cosas, va tapando fisuras y rajas de las paredes, aislando el techo, ya me cambió en su momento todas las puertas, y ahora está cambiando las ventanas (que por cierto, me han costado una pasta, y eso que me ahorro el albañil). Así que visto el frio que pasaba en mi habitación, he trasladado el escritorio al salón donde disfruto de la agradable climatización de la chimenea. En el lugar del escritorio he instalado un pequeño sofá del Ikea (este mes el desembolso ha sido bueno, entre ventanas, compras de Ikea, materiales de construcción, etc...). Tengo pendiente publicar un post con la evolución de mi hogar dulce hogar, desde que lo compré, a cómo está ahora. Pero eso para otro dia.
Para alimentar mi fabulosa chimenea me fuí a comprar leña con el Land Rover, traje unos doscientos kilos de los que poco deben quedar. Eran muy grandes, así que con una motosierra estuve cortándolos. Me hizo gracia porque, el "ex" de mi "ex" me recordaba mucho a un fornido leñador de vete tú a saber qué bosques perdidos del norte de Europa, y de echo le hacía yo le hacia la coña a mi "ex" de preguntarle qué tal le iba con el leñador. Ahora yo, cosas del destino, me he visto teniendo que cortar troncos para poder calentarme, aunque yo dudo que pueda tener cualquier apariencia de leñador fornido noreuropeo. Otro dia también traje ciento cincuenta kilos de briquetas de biomasa, de las cuales he consumido la mitad. Lo cierto es que caliente estoy, y a pesar del consumo de leña y briquetas, no me he gastado mas de cincuenta euros en todo lo que tengo, y sin duda alguna habria pagado mucho mas si tuviera los radiadores encendidos.
Regalo
Papá Noel, para mí, y siguiendo tradiciones estrictamente ferroviarias, va con retraso. De hecho, aún no ha llegado. Se espera que llegue mañana, así que espero impaciente su regalo.
martes, 22 de diciembre de 2009
Últimamente ando muy liado y no he tenido tiempo de escribir ni de leer otros blogs, así que mientras saco tiempo (mañana vuelvo a casa), os dejo éste videoclip cuya actuación de quién os podéis figurar ha dado bastante que hablar por el cutre-playback. Y debajo la fabulosa versión de Sé lo que hicistéis.
martes, 15 de diciembre de 2009
El sábado fué el gran dia:
Finalmente fuimos 9 vehiculos fabricados por Siata (cuatro furgonetas Minivan, tres Formichettas, un Tarraco y un Ampurias, todos derivados del Seat 600). Nos reunimos en Torredembarra y desde allí hicimos una ruta por carreterillas comarcales hasta el Mas de la Plata, próximo a Valls. Alli fuimos a ver ésta singular estatua:
Para jóvenes y niños, es Mazinger Z, un protagonista de dibujo animado de los años 80. El constructor de la ubanización lo mandó construir como reclamo turístico tiempos ha, y desde entonces lleva allí situado, siendo ahora una auténtica atracción turistica. Tras las fotos de rigor, salimos a comer.
Durante la concentración me acompañaron un par de chicos que vinieron sin coche a la concentración, y que a su vez formábamos el grupo mas joven de todos: éramos los yogurines de la ruta. Jóvenes aunque sobradamente preparados, eso si. Pero en el mundo automovilístico, como en otros ámbitos copados por el sexo masculino, el ámbito LGBT está escasamente presente o, cuanto menos, visible. Por poner un ejemplo, en Forocoches hace poco han salido del armario dos o tres personas, no siendo muy bien recibidos por una compañia barriobajera que, aparte de "insultar" con cosas como "bujarras" y "soplanucas" (digo "insultar" porque que me digan eso a mi no me insulta: si, soy bujarra, y sí, soy un soplanucas, y a mucha honra, faltaria mas) no saben aportar nada mas al discurso conservador. Dicho todo éste tocho, vengo a decir que sí, en efecto, sólo perdiamos aceite un servidor y mi vehiculo a motor (pero mucho menos, eso si). De echo sólo pude echar el ojo a un chaval en una visita que contaré después.
Después de comer fuimos a ver las cuevas de L'Espluga de Francolí (página web, sólo en Catalán) que se vió caracterizada por el escaso interés con que la guia nos explicó la cueva, ademas de hablarnos del paleolítico y del pleistoceno como si acabásemos de salir de clase y supiéramos fehacientemente de qué epoca hablamos. Y uno, la verdad, hace ya casi diez años que terminó de estudiar, con lo que me queda todo bastante lejano. La visita fué interesante aunque, ciertamente, me quedé con ganas de explorar un poco mas en la ruta de "aventura", con traje de neopreno y todo eso.
Nos recogimos al hotel rural de Prenafeta, lugar que ya conocía de la época trabajando en Montblanc con el montaje del AVE. Todo seguía igual, los gatos en las calles, el viento gélido, y las mismas habitaciones, aunque el dueño del hotel ya no era aquel entrañable Santa Claus que, después de un mes durmiendo a diario allí, nos pidió que aflojaramos la calefacción porque le habia llegado una factura de la luz muy alta (real y literal). Después de la cena tuvimos una charla distendida sobre coches y después camita.
Tras el desayuno, salimos hacia El Vendrell, a visitar una conocida fábrica de cargadores y accesorios de baterías, que dispone de un interesante museo, que incluye el primer coche eléctrico fabricado en España en los años 60. Allí fué donde avisté a un chaval de unos veintiescasos años, medio melenitas, enfundado en unos vaqueros de pitillo y que me figuro que pertenecía a la familia de los directivos de la empresa. Lo cierto es que no le quité ojo, y él me miraba de vez en cuando también fijamente, pero no siguió la cosa mas allá de eso. Tras el flirteo de miraditas que no llevó a nada para mi desgracia, y después del tentempié en el museo, salimos a Torredembarra, donde al terminar la comida dimos por finalizado el encuentro.
Fueron dos intensos dias donde salí saturadísimo de información automovilística, tanto que tardé varios dias en digerir todos aquellos datos. Pude conocer de primera mano la historia de mi Siata, quién la tuvo, la historia de su golpe en el frontal, etc... Fueron un par de dias geniales que el año que viene no dudo que repetiré.
martes, 8 de diciembre de 2009
Hago un paréntesis en mi relato vacacional para contar algunas cosillas de éstos dias. Hoy es el último dia de mis vacaciones-puente, ya que tuve suerte y hasta mañana no tengo que trabajar, así que entre unas cosas y otras casi he estado tres semanas de relax. Éstos últimos dias los he aprovechado en casa, he hecho algunos trámites que tenia pendientes, incluso aproveché e hice algunas compras.
Lo cierto es que con un carrito de la compra en una gran superficie, tengo mas peligro de un mono con una granada. Por eso, por salvaguardar mi bolsillo, y porque las grandes aglomeraciones de gente me agobian mucho, procuro ir lo menos posible a las grandes superficies. Pero el otro dia me pilló de paso y además tenia ganas de echar un vistazo a ver si veía algo interesante, así que entré alli. En concreto, fué el Alcampo de Loranca, y sí, llené el carro, pero en mi defensa he de decir que no compré nada que fuera innecesario o por capricho.
Uno de los indicativos claros de que la Navidad ya está aqui, es que en los centros comerciales hay uno o varios Papá Noel. Y en Loranca, como no podia ser menos, había uno, que tenía además la gracia añadida de ir tocando una campana, bastante desagradable por cierto, tanto como para ser muy molesta y desear el fusilamiento, ahorcamiento, crucifixion o descuartizamiento del individuo que la toca insistentemente. Además, daba igual que estuvieras en el pasillo de automoción, papeleria, ropa de hombre, lácteos, bebidas espirituosas, parafarmacia o en la pescaderia: el tolón-tolón de los cojones se oía. Así que las compras bien, el cajero muy majo -y mono- y el tímpano ahí anda recuperándose.
El otro hecho "destacable" de éstos dias es que Miguel (alias Maikel) y yo salimos de fiesta. Destacable, entrecomillado, porque no es que a mi me guste mucho salir de cachondeo por ahí, pero de vez en cuando no está mal, y hace muchos meses que no nos damos la juerga padre. Lo que ocurre es que no buscamos el dia adecuado, no nos pusimos de acuerdo para salir ni el viernes ni el sábado, y al final salimos el domingo, que no era el mejor dia, pero ambientillo había. Como no podía ser menos, fuimos al "feudo" mariquita, es decir, Chueca. Nada mas llegar, subíamos una calle y ya de lejos avistamos al relaciones madurito que siempre nos engancha y nos arrastra a su local, que no es que sea la repera, pero si nos dan copas baratas, solemos acceder. Y en éste caso teniamos sed y ya al verlo intuímos que caeríamos, como así ocurrió.
En aquel garito, de fauna muy heterogénea (jóvenes, maduros, mariquitas locas, lesbianas y no se si algo mas) tomamos un par de copas mientras intentábamos divisar algun chaval con el que ligar, algo en el fondo ridículo puesto que jamás hemos ligado en un garito, ni él, ni yo. Luego dimos un par de vueltas por la zona y acabamos en la discoteca "Long Play", en teoria, según lo que todo el mundo nos ha contado, la mas apropiada dados nuestros gustos por la carne poco hecha. El caso es que es la segunda vez que íbamos y, aunque no había mucha gente, sí que divisamos algún que otro chaval digno de de ser el protagonista real de nuestras mas oscuras fantasias sexuales. Miguel, incluso, en algún momento de la semi-borrachera que llevábamos aseguró que por sus santos cojones se liaría con aquel melenitas que tanto le molaba pero, como no podía ser menos, y para cumplir con nuestras estadísticas, nos fuimos a casa igual que vinimos, un poco mas pedalizados, eso si. También hay que decir que marchamos pronto porque yo me encontraba bastante cansado después de que mis viejos me despertaran al llegar a mi casa.
Aunque me lo pasé bien, podía haber sido mejor, por supuesto, pero he jurado por todo ser superior que exista no volver a tomar mas copas de garitos y discotecas por mucho que nos empeñemos, ya que bebí menos que en Granada y tuve en el mismo dia, y al dia siguente, un malestar y un mal cuerpo considerable, cosa que en Granada no me ocurrió. Posiblemente tambien interfiera la dificultad de encontrar un sitio donde tengan ron "Legendario", que es lo que suelo beber, y que por aqui no se estila demasiado. Otro fallo es que, nuestro "garito-tipo" es en plan tranquilo, con mesas donde sentarse y charlar, etc... y por ahora, salvo uno o dos que hemos estado, no hemos hallado el que nos guste al 100 %.
Pero bueno, a ver si en Navidad podemos darnos una buena juerga hasta altas horas de la madrugada, como aquella épica noche en que volvíamos con un tercer amigo cogidos de la mano Gran Vía abajo. ¡que recuerdos!.
sábado, 5 de diciembre de 2009
Está feo decirlo, pero mi tortilla me chifla, y eso que, como siempre, le falta un poco de sal. Creo que le tengo pánico a que me quede demasiado salada, algo que a mi vieja le ocurre de vez en cuando. Tras la comida en el antiguo Puerto de La Traviesa, sigo mi ruta con el siguiente objetivo a la vista: llegar a Alcañiz.
Desde que comí, he subido muchísimos metros, he encontrado algunas obras de asfaltado, y tras otro repecho mas inicié una larguísima bajada. Un poco mas adelante, identifico una vieja senda junto a la carretera como restos del antiguo ferrocarril La Puebla de Hijar-Alcañiz-Tortosa. Los aficionados a los trenes siempre tenemos el "radar" puesto, y cualquier puente o trazado medianamente rectilíneo o con suaves curvas tiene muchas papeletas de ser una antigua via de tren.
A medida que me voy acercando a Alcañiz, la carretera comienza a coger mas movimiento de gente, y durante muchísimos kilómetros sigo en paralelo a la antigua via de tren. Llego al cruce donde termina mi periplo por la N-211, y hago un ceda el paso un poco "ligero" a pesar de que a lo lejos hay una pareja de Guardias Civiles vigilando el tráfico. Me adentro en Alcañiz y sigo las indicaciones para llegar a Tarragona: queda camino, pero estoy ya en la puerta. Me paro en un semáforo en rojo y observo a un hombre apoyado en una barandilla en la acera de enfrente. Es un "tipico" gitano-mafioso con traje negro y blanco. Miedo me dá cuando me empieza a gritar desde el otro lado de la calle...
- Te la compro
- Lo siento, no está en venta.
- ¿Cuanto quieres?
- No la vendo, además la acabo de comprar (excusa)
Agradezco a cuanto ser superior exista el cambio a luz verde del semáforo y dejo atrás al colega. Me sorprende ver, un poco mas adelante, un despacho de billetes de Renfe en medio de un pueblo que perdió el ferrocarril en los años 70. Lo cierto es que las letras de Renfe son de la época incluso puede que anteriores. Me prometo parar a hacer una foto a la vuelta.
El siguiente objetivo es llegar a Gandesa, ya en Cataluña. Al poco de pasar Alcañiz vuelvo a ver algún resto ferroviario, pero pronto desaparece. Enseguida cojo el desvío de la N-420 hacia Tarragona (carretera cuyo origen, por cierto, es Córdoba, y pasando por Ciudad Real y Cuenca llega hasta Tarragona, ¡nada menos!). Los kilómetros pasan y pasan y yo también me voy cansando, así que al llegar a Gandesa decido hacer una paradita de descanso que al final me lleva casi una hora. Aprovecho este tiempo para comprar algo de comer, pan, y estirar las piernas sobretodo. En éste pueblo hace bastante frio, así que me abrigo un poco mas, aunque voy bastante bien preparado.
Sólo me quedaban dos "objetivos" mas: Reus y Torredembarra. Al salir de Gandesa ya se ha hecho de noche, y aprovecho la nocturnidad para ponerme los cascos y escuchar algo de radio, ya que la de la furgo no va. Pero las continuas subidas y bajadas me impiden escuchar algo decente, así que sigo camino con las orejas libres. Éste tramo de carretera, que conozco de otras ocasiones, lo paso bastante rápido y con coches, pero tampoco con tráfico, una media bastante ponderada. Paso Mora y subo y bajo repechos que, en algunos casos, son variantes de la ruta habitual que yo conocia. Un túnel, y comienza la bajada a Reus, por donde paso cerca de las siete menos cuarto.
En Tarragona me despisto un poco y me lio para coger la N-340 hacia Torredembarra, pero en seguida aparece. Estoy deseando llegar y sé que falta poco, entre camiones, autobuses, y algún coche que otro, avanzo por terreno conocido. El GPS del móvil me marca el camino hasta el hotel en el que pasaré la noche, donde llego fácilmente. Algo mas de las siete y media de la tarde, unas diez horas y media de viaje contando las paradas. Mision cumplida, hemos llegado sanos y salvos los dos.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Continuando con mi viajecito, cogí la Nacional en Alcolea del Pinar. A partir de éste punto, hasta Alcañiz, el recorrido era desconocido para mí, y por tanto no sabía qué me podía deparar: si muchos pueblos, o por el contrario el desierto, si habrían muchos puertos que subir y bajar, etc... Lo primero que me sorprendió es que, dicho coloquialmente, por aquella carretera no circulaba ni el Tato. No llevaba ni tres minutos andando por aquella carretera cuando ví un par de sitios donde podía sacar un par de fotos chulas a la furgo, pero preferí ser un poco mas selectivo, porque uno empieza así y termina parando cada dos kilómetros, y aún quedaba muchísimo camino que recorrer.
Poco a poco empiezo a ver un auténtico bosque de molinos de viento. Hay cientos de ellos y absolutamente todo están funcionando, a pesar de que a pié de carretera mucho viento no hace. Atravieso un pueblo llamado Maranchón y poco después veo el punto ideal para cascar una foto a la Siata junto a los molinos de viento.
Tras diez minutos de paradita para estirar las piernas, sigo camino. Un poco mas adelante encuentro un control policial en el que tienen parada a una furgoneta que me había adelantado poco antes. A mi me dejan continuar, no sin antes restregarse los ojos una Agente al ver semejante trasto circulando. A los minutos, la misma furgoneta me vuelve a adelantar y ya desaparece de mi vista. Paso Molina de Aragón, pueblo que tiene aspecto de ser bastante turístico y que bién merecerá una visita. Continúo mientras me adelanta algún coche de vez en cuando, incluso algún camión, y entro en la provincia de Teruel muy cerca ya de Monreal del Campo.
Aqui la carretera hace un pequeño quiebro, subo unos kilómetros dirección Zaragoza, y en Caminreal vuelvo a girar hacia el Mediterráneo. El depósito anda por un cuarto, es la una y algo de la tarde, y todo va sobre ruedas. Si antes habían pocos coches, ahora hay menos aún, y me sorprende tanto la escena que me paro en medio de la carretera en una larga recta donde puedo ver que no viene ningún coche. Hago un par de fotos para inmortalizar la curiosa escena.
El siguiente objetivo es Montalbán. Alli pararé a echar gasolina y si encuentro alguna panadería abieta, compraré pan, que es el complemento que le falta a mi super-tortilla de patatas que me preparé la noche anterior. No caí en la cuenta de haber comprado pan antes y al final se me hace tarde.
La ruta sigue sin muchos sobresaltos hasta Montalbán, otro pueblo que parece bastante turístico. A ojo calculo que estoy mas o menos en la mitad de mi recorrido. Paro en la gasolinera, y mientras bajo y rodeo la furgo para abirle la tapa del depósito, aparece por la calle una mujer mayor que bién podría ser mi abuela. Va vestida con una tipica chaquetilla de punto y en su mano lleva una bolsa de la compra, de aquellas antiguas de hilo de plástico duro.
- Ya tiene dias la furgoneta, ya
- Pues si, cuarenta años acaba de hacer
- Si que hacía que no veía yo ninguna. ¿Cuanto le echamos?
- Lo vamos a llenar.
Me deja alucinando la abuela-gasoliera. Me explica que se iba a casa a preparar la comida y que, como vive enfrente, si aparece algun coche (que parece que no es habitual, añado), sale y le sirve. Pago con tarjeta, pasa también los puntos, y tras verificar que, en efecto, a las dos de la tarde no hay pan en ningún sitio del pueblo, avanzo unos kilómetros hasta encontrar un punto de descanso para el almuerzo. Y en el próximo capítulo, más.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Eso es lo que le suele decir una madre o un padre a un hijo cuando coje el coche. Pero se dá la circunstancia de que, cuando emprendí mi viaje a Tarragona y Barcelona a bordo de ese bólido llamado "La Siata", mis viejos sabían que correr, lo que se dice correr, no iba a correr mucho. Coger 90 es un milagro digno de celebración, y si llegas a 100 no hay mas remedio que celebrarlo con un festival de luz, color, chicos, chicas, sexo, drogas y rock and roll si se dá el caso. A pesar de todo, no hay una sensación de ir despacio, de hecho vas a 80 y dá una impresión de ir a más de 120, pero te devuelve a la dura realidad el hecho de que todo tipo de camiones, incluidos los transportes especiales, te adelanten. Es por eso que, a mi ir por la autovía, me resulta incómodo, porque todo el mundo va mucho mas deprisa que tú y tienes una sensación de estar jugándote el tipo en una selva de coches y camiones en la que, sí, vas legal, pero pareces estorbar.
Así que, cuando planifiqué mis vacaciones, tenía en mente la idea de ir desde mi casa hasta Torredembarra, que era mi primer destino, circulando exclusivamente por carreteras nacionales. La estimación de unas 10 horas de viaje no me parecieron demasiado malas.
Pero, hay que tener en cuenta que, en los vehículos diseñados en los años 60, y más en una furgoneta, la ergonomía les traía al fresco a los constructores, de ahí que las vértebras de un servidor tiemblen cada vez que cojo las llaves de la Siata. Así que, con la idea de reducir tanto el tiempo de viaje, como de dormir un poco mas (al tener que madrugar menos), cambié una parte de la ruta, haciendo por autovía hasta el kilómetro 130 de la A2, y desde allí por carretera nacional. Con ésto el tiempo de viaje se reducía más de dos horas, cosa que se agradece enormemente.
A las nueve de la mañana, puntualmente, empecé mi viaje. Desde mi casa, hasta coger la M50, también fuí por carreteras provinciales, así que fué un tránsito tranquilo. Al coger la circunvalación, había un tráfico intenso pero ágil, muchísimos coches me adelantaban a todo trapo, al igual que camiones. Uno, especialmente, me hizo gracia, pues se trataba de un viejo Pegaso que a Diego le habría hecho ilusión ver (por cierto compañero, no me habia fijado hasta ahora que tu última entrada fué el dia de mi cumpleaños, y que para mas inri no te dejé un triste comentario... ¡vaya tela!). El caso es que, entre camiones y coches, fui avanzando poco a poco. Al paso por Rivas llevaba casi una hora de viaje y aún ni había salido de Madrid. A mis ochenta y pocos por hora continué hasta la A2.
Al paso por Alcalá, la carretera estaba en obras, y los camiones tenían prohibido adelantar, y por la razón que fuera iban formando una gran caravana que circulaba a no más de 70. Y yo, como no, a mis 80 km/h me dispuse a adelantarlos uno a uno, incluido el Pegaso de la M50, en un rato en que no venían muchos coches. Acabado el tramo de obras y el atasco, se repitió la historia pero al revés, los camiones uno a uno me fueron adelantando.
Dejando atrás Guadalajara, se terminó el tráfico espeso e intenso que me había acompañado desde casa, pero eso sí, ahora de vez en cuando se presentaba alguna cuesta arriba de aupa. A pesar de todo iba a buen ritmo, el motor no se calentaba, y sobretodo iba con ganas de hacer kilómetros que era de lo que se trataba, algo que normalmente me dá muchísima pereza. A buen ritmo llegué hasta el kilómetro 135, momento en que abandoné la autovía y cogí la carretera nacional, experiencia que ya contaré mañana.
Por último, un reto. A ver quién, que tenga carnet de conducir, recuerda qué significan las señales de arriba.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Ya he vuelto a casa. Han sido unas vacaciones de lo mas entretenidas y, aunque aún tengo libre hasta el lunes, prefiero pasar éstos últimos dias en casita (donde hace un frio que pela, pero bueno). Además, tengo pendientes unos cuantos trámites en Tráfico, así que mañana echaré la mañana a ver si soluciono, por lo menos, la mitad de las cosas pendientes que tengo.
Estos dias iré contando poco a poco tanto mi super-viaje en la super-furgoneta, cargado de paciencia y ropa de abrigo, como mi viaje rápido por el sur: Granada, Sierra de Ronda, y una paradita a comer en Campillos con un viejo amigo de alli.
Lo cierto es que he terminado muy satisfecho de la experiencia de éstas vacaciones invernales, así que creo que para el año que viene volveré a repetir las mismas fechas. Yo, encantado de seguir dando vueltas.
PD: Y sí, mojé. Por fin.