Corría el año 2000 cuando ocurrió la aventura que hoy os voy a contar y que muy pocos conocen. Yo entonces era un chaval con diecisiete años y una obsesión absoluta por los trenes, pero es algo que ahora mismo no viene al caso. Una de las cosas que mas me benefició en aquella época fue cambiar de instituto, parecía que le alejaba definitivamente de la gentuza que durante muchos años me utilizó de bufón y por fin podría dedicarme a lo mio sin mayores preocupaciones, aunque a decir verdad, ya en el instituto (3º y 4º de ESO) la cosa cambió muchísimo con respecto al calvario que viví en el colegio.
El caso, es que aquellas nuevas amistades y compañías (aunque algunos venían de mi clase del año anterior) entre otras cosas me descubrieron un nuevo panorama musical que, aunque no era desconocido para mi, si que "compartirlo" con alguien era cuanto menos mas entretenido. Yo llevaba ya dos o tres años escuchando cantautores, sobretodo a través de aquel programa "La Gramola" de M80 radio, por lo que Ismael Serrano o Tontxu no eran nombres desconocidos para mi. Lo que sí me resultaba novedoso era ir a conciertos, dado que hasta entonces nunca lo había hecho.
Yo por entonces me llevaba muy bien con mi amigo y compañero de clase Samuel, creo recordar que su nombre completo era Samuel Villena. Y con él fué con quien tuve mis primeros "pinitos" en conciertos. No sabría decir a ciencia cierta cual fue al primero al que acudí, pero sí que recuerdo que en aquella época de 4º de la Eso a Bachillerato fuimos a unos cuantos: El concierto solidario de los 40 principales (¿o Cadena 100?) en el antiguo Palacio de los Deportes con unos recién descubiertos "La Oreja de Van Gogh", y con Sabina y Celtas Cortos. También recuerdo haber ido al menos en dos ocasiones a los conciertos de la Plaza Mayor por las fiestas de San Isidro, así como a un cierre de temporada del Libertad 8 en cuyo escenario tocó, entre otros, Amaral...
El caso es que la aventura que hoy os voy a contar nos lleva nada mas y nada menos que a un Mitin de Izquierda Unida de cierre de campaña de aquellas nefastas elecciones del año 2000. Fué en la Casa de Campo, el 10 de Marzo de 2000 exactamente cuando nos encontrábamos los dos (creo que no nos acompañaba nadie mas) escuchando tocar a Ismael Serrano. Creo recordar que allí, entonces, tocó una canción para nosotros desconocida pero que sin duda nos dejó "marcados".
La canción, que podéis escuchar mas abajo, narra la historia de dos amigos que, durante una noche de parranda, se citan en el mismo lugar y a la misma hora transcurridos diez años. Como os podéis figurar, a imitación de la canción, nos citamos en el mismo lugar, diez años después, es decir, el 10 de Marzo de 2010.
Como la canción, el tiempo pasó deprisa, yo abandoné aquel instituto para hacer formación profesional, y poco a poco fuimos perdiendo la pista. Recuerdo una ocasión, transcurridos ya unos cuantos años de aquello (posiblemente fuese el 2005 o 2006) otro amigo del instituto, Mario, me invitó a una cena con antiguos compañeros de clase, y una de las cosas que mas me llamaron la atención es que, mientras yo llevaba trabajando bastante tiempo (desde 2002), los que estudiaban seguían enfrascados en la carrera, o el que menos después de intentar la universidad, hizo formación profesional y había empezado a trabajar recientemente. Pero a pesar de aquella ocasión, fui perdiendo poco a poco el contacto con aquella tropa, también hay que decir que yo trabajaba en Málaga, apenas subía a Fuenlabrada, etc...
Como os podéis figurar, a mi nuestra cita se me olvidó por completo, no por un día, o dos, o una semana... Tardé mas de un año en acordarme de aquella cita a la que me había comprometido diez años atrás. De Samuel, de Mario, de Juanjo, que eran los principales compañeros de clase con los que tuve contacto tiempo después de dejar el instituto, no volví a saber prácticamente nada, y desde luego desconozco si mi compañero de concierto de aquella noche acudió o no.
Y es que se enfrentan ciertos sentimientos al acordarte de aquellas personas que te acompañaron tantos años atrás. A veces, cuando voy a Fuenlabrada y paseo por mi barrio, por una parte me gustaría encontrarme con alguien de mi pasado por la calle: sé que no voy a decirle nada ni él a mi. Ni siquiera sé si reconocería a alguien o me reconocerían a mi. Fueron muchas las personas que me causaron verdaderos quebraderos de cabeza en el colegio y no me agradaría recordar aquello, aunque por otra parte tengo curiosidad por saber cómo han envejecido. En cambio con la gente con la que he compartido amistad en aquellos años, como los que he nombrado antes, incluso alguno mas, me agradaría saber que les va todo bien y cómo han pasado todo este tiempo, pero...
lunes, 3 de junio de 2013
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