El sábado, aprovechando que mi amigo Hugo estaba de visita por Madrid, salimos un rato a cenar por el centro, y como desde hacía tiempo me apetecía pasear la Siata por nuestro feudo particular, subimos a Madrid con ella desde mi casa. Debido a que tenia tareas pendientes, no salió tal y como lo tenia planificado, así que finalmente sobre las diez de la noche recogimos a Diego y a Miguel en Alonso Martinez, y dimos unas cuantas vueltas por la calle Fuencarral, Hortaleza, Gravina, Prim, San Marcos, Vázquez de Mella, etc... La gente, lógicamente, flipaba al ver a cuatro locos con semejante cacharro por aquellos lares. Cuando nos decían algo, Miguel insistía en tocar el claxon y en cambio Hugo no sabía donde meterse pro la vergüenza, yo lo cierto es que ni una cosa, ni la otra, ¡me encanta que me digan cosas cuando voy con la furgo!, pero tampoco creo que sea plan de que nos arresten por pitar a diestro y siniestro. En un pequeño atasco en Barquillo tuvimos un momento de cierta tensión por el atasco monumental que se estaba montando, yo insistía en que cabíamos entre aquel coche y un bolardo, por centímetros, pero entrábamos, y al final pasamos desafiando a las leyes de la física por aquel hueco tan pequeño.
Como aparcar alli se convertía en tarea imposible, y los parkings estaban todos completos, al final aparcamos muy cerca de Alonso Martinez, y desde allí nos fuimos a cenar a un Vips. Los trabajos del máster de Diego le hicieron retirarse rápido a casa, mientras que nosotros tomamos un refresco en el BAires.
De vuelta a nuestro bólido, Hugo se percató de que habia olvidado su bolso en el local, así que Miguel y él volvieron a buscarlo mientras que yo me arrimé con la furgo a por ellos. Éste último viaje sí que fué bastante impresionante, ya que había muchísima mas gente por la calle que a la ida. Una pareja de chicas me sacaron un par de fotos y por la ventana comentaron que ellas andaban buscando una Volkswagen T1. "Yo también quiero una, pero cuestan una pasta" les dije. Callejeando encontré mogollón de gente haciendo botellón que alucinaban con la furgo y no paraban de decir cosas, sobretodo las chicas. ¡Incluso un yogurín dijo que le llevase! Lástima que yo sea tan cortado... si no paro y me lo llevo. Llegué finalmente hasta Vázquez de Mella, donde me estaban esperando Hugo, Miguel y Christian, dimos un par de vueltas mas, y una chica como colofón nos dijo "Cómo molais". Después de ésto ya nos retiramos hacia casa, aunque nos quedaba un viajecito de más de una hora por la autovia y a no más de 80-90.
Fué una experiencia muy curiosa, para la próxima habrá que probar el escarabajo, que seguro que también dá la nota. Os dejo con unas fotos.
Bajando hacia Barquillo, en medio del "atasquillo"
Miguel hablando entretenidamente con Hugo de sus experiencias amoroso-sexuales. Como se puede apreciar, va incluso vestido con la camiseta de la VW T1, ¡le chiflan éstos lios!
Hugo como no podía ser menos atiende a las explicaciones de Miguel. Para mi amigo Tapias: Observa sus ojitos: ¡te echaba de menos!. De Diego y de mí no hay foto, porque somos unos auténticos lerdos y no tenemos ninguna. El próximo dia nos hacemos un book. Palabra.
PD: Para Alex: Sí te debo un correo. A ver si mañana me pongo y te lo mando.
miércoles, 27 de enero de 2010
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1 comentarios:
Asi que al final disteis la vuelta por chueca, jejejej que gracioso tuvo que ser... yo anduve por allí, pero claro, como para ver a los de la furgoneta, jajajaaj... que genial.
Eso de tocar el claxon de la furgo, que vergüenza, jajaja, yo habría hecho lo mismo, no sabría donde meterme, jejeje
No te apures por lo del correo, si no es mañana pues pasado, claro, que me tienes ahora en ascuas, jejejej
Un beso
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