Puntos rojos (Lunes, 25 de Junio de 2007)

domingo, 14 de junio de 2015

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Pasarela de Atocha. Espero paciente la llegada de una nueva unidad dirección Ministerios. Aparece. Cogemos el siguiente tren y nos bajamos en nuestra parada.

Tren "ochomil". Qué maravilla lo de las camaras de andén en el propio tren. Es una gran unidad. Me encantan los trenes muy informatizados. Aunque, a decir verdad, también me gustan los nada informatizados. Me gustan los trenes.

Llegamos a la T4. Menuda estación mas rara. Parece que hubieran montado las vias como si fuera un Ibertren. Pago un euro por atravesar el torniquete. Facturamos. Todo genial. Paseo en el "people mover" y regreso. No me gusta. Prefiero un tren de verdad.

Se acerca la hora. Vamos entrando, nos sentamos. Recuerdo un chiste de Gila y se lo cuento justo antes de sentarnos en el avión. ¿Sabes para qué son los cinturones de los aviones? Para que no se desparramen los cadáveres.

Comienza a rodar por la pista. Se situa y tras unos segundos andando a baja velocidad, acelera a tope y empieza a correr por la pista. Enseguida comienza la ascensión y todo parece una maqueta en la ventana.

[...]

El tiempo pasa volando. Viajamos en el IC Lisboa-Guarda. Los dos dias completos no han dado mas de sí: faltaron museos, fotos, visitas, monumentos, paisajes, trenes y tranvias por ver y visitar.

Llega la llamada. Todo salió bien. La voz al otro lado se muestra seca y triste.

El surex hace honor a su fama. Sucio, gente con malas pintas, insectos en el coche... Llegamos pronto a "Medina do Campo", allí nos espera el coche. Buscamos un sitio donde poder ver algún tren y descansar unas horas antes de regresar. Se pueden buscar buenas posturas para poder dormir. Va pasando el tiempo bajo el cielo sin estrellas de Medina y no duermo a pesar del sueño.

[...]

En casa malas caras. Vamos a verla. Tras unos minutos de espera nos llaman. Allí esta. Pálida, con varias vias. Una en el cuello. Allí están enchufadas distintas botellas que contienen a saber qué medicamentos. Sonrie al verme a pesar de su debilidad. Tiene arcadas. Una doctora nos informa, en breve saldrá de allí. Una pantalla digital muestra el ritmo de su corazón.

Pregunto por la extraña vía en el cuello cuando salimos de allí. "Gracias a eso se ha salvado". Un escalofrío recorre mi cuerpo. Avanzamos entre comentarios de pérdidas de sangre, errores médicos, complicaciones en la operación y mil cosas que me producen un nudo en la garganta. Pero todo ha salido por fortuna bien.

Prefiero no imaginar qué hubiera pasado si no hubiese habido final feliz. Prefiero no rayarme. Ella misma me invitó a hacer mi viaje. Siento ser tan frío con mis afectos con ella y con el resto de mi familia. Pero todos somos así en esta casa.

De mi madre he heredado los puntos rojos por el cuerpo. Siempre me acuerdo de ella cuando me los veo, y será así siempre