Mal te veo

sábado, 29 de agosto de 2009

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Todos los años paso una época mala, en la que parece que me haya mirado un tuerto y todo me salga mal. Y en éste caso la mala racha me ha pillado antes, durante, y después de las vacaciones. Resumiendo mucho, pues pondré en serio a contar mis aventuras y desventuras de éstas vacaciones cuando vuelva a casa, he llamado mas veces a la grúa en tres semanas que en toda mi vida. Y eso por no hablar del precio de las reparaciones.

Pero en fin, estoy en Barcelona y me acaba de llamar el mecánico que amablemente me ha arreglado el coche en horas un sabado: 400 euros, una pasta, pero puedo seguir con mi ruta turística. Esta noche saldré para hacer mi primera incursión en Francia, corta, porque será solo un dia, pero espero que salga todo bien (¿puede ir algo peor?).

Blanco y negro

domingo, 16 de agosto de 2009

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La verdad es que el pobre Lucas estaba pidiendo a gritos compañía, porque dejarle cerrado en casa sólo cuando me voy a trabajar no es una solución muy apropiada, y mas con éstos calores. Así que, cuando surgió la oportunidad de adoptar esta gatita negra de la estación de Vicálvaro, acepté y me la llevé a casa. Bien es cierto que el primer dia fué de lo mas estresante y agotador, para ella y para mi, porque separarla de su madre después de los dos o tres meses que había pasado allí y llevarla a un nuevo hogar fué algo traumático. Aún escucho los exagerados maullidos que emitía cuando saliamos de la estación en el coche. Las que hasta entonces habían sido sus cuidadoras, las chicas que se encargan del repostaje de gasoil, les daba pena que se marchara pero tampoco podían quedarse cuidando de ella.

Lucas al principio no llevó bien eso de que metieramos en su territorio otro bicho, pero poco a poco fué mejorando la cosa hasta que han empezado a jugar juntos, por casa y por el jardin. Así que ya tienen compañía mutua.

He dudado mucho cómo llamarla: Carol, Lola, Rita... al final la cosa se quedó entre Lois y Lúa. Y al final se ha quedado como el proyecto de rockero

La tormenta

jueves, 13 de agosto de 2009

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Vaya la que se ha liado estos dias con la lluvia. Yo que soy un chico netamente veraniego (el frio pa el que lo quiera) me jode muchísimo que en pleno mes de agosto se ponga a diluviar (porque lo de hace unos dias en Toledo fué el diluvio universal). Que no digo que no haga falta o venga bien, pero las lluvias en invierno, please.

En cualquier caso, al menos en mi casa, cayó la mayor chupa de agua que he visto en el año que llevo allí viviendo. Al juntarse con un viento exagerado, entraba agua por todos los recovecos de las ventanas e incluso por alguna rendija del techo. Las principales víctimas del jardín fueron una cantidad exagerada de peras que cayeron del árbol por el viento (otro dia dedicaré un post a los frutales de mi casa, que este año se están portando muy bien).

Salvo por el disgustazo de que no he logrado pasar la ITV al Land Rover, las vacaciones van bien, aunque me da que me van a saber demasiado a poco. Eso si, horas de coche no me van a faltar, porque Toledo-Campillos, Campillos-Toledo-Tarragona y Tarragona-Toledo suman muchos kilómetros que ya no estoy acostumbrado a hacer en coche. Al menos, confio en que algún dia ligue y/o moje el churro, que falta hace y nunca viene mal.

La pulserita

miércoles, 12 de agosto de 2009

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La verdad es que jamás podia pensar, hace ya casi dos años, cuando me puse por primera vez la pulsera arcoiris en la mano, que podía llamar tanto la atención a la gente. Y lo cierto es que, hasta hace poco tiempo, nadie me habia dicho absolutamente nada (salvo mi padre, que un dia me preguntó si era la pulsera de los gays, y mi hermana, muy avispada ella, sentenció que no, que era la bandera de la paz).

Hace unos meses, estaba esperando la cola de la caja de un Mercadona (tradicional sitio de empleados que entienden) que no es al que habitualmente voy a comprar. Como no observé a priori ningún cajero yogurin y/o buenorro, me puse en una fila cualquiera, y la cajera, en esta ocasión, era una lesbiana de manual: fuertota, pelo corto engominado y voz grave. Después de pasar toda mi compra y darme el total, pasó la tarjeta y cuando firmé sobre la pantallita que registra la firma, noté como se quedó observando la pulsera. Extrañada preguntó (mientras las marujas de la cola y las cajas aledañas no perdían detalle)

- Y esa pulsera ¿que es?
- Es la bandera gay.
- ¡Anda!. Nunca lo habia visto. Pensaba que sería otra cosa.
- No, no, es la bandera arcoiris del orgullo gay.
- Y ¿donde se compra eso?
- En Chueca.

Yo ciertamente pensé que me estaba vacilando, y la verdad que no lo sé, pero creo que se hizo un poco la tonta para ver qué le respondía. El asunto simplemente me hizo gracia y, sin mas, me despedí y me marché con mi compra a otra parte.

Y aunque ésta es la anécdota graciosa, la ocasión en que realmente me ha tocado la moral es cuando uno de los amigos con los que estuve en Campillos hace cosa de un mes, me vino a decir que no entendía porqué llevo la pulsera siempre puesta y que la gente se fija y cuchichea cuando lo ven, cosa que a mi sinceramente me la trae al fresco. Ese "no lo entiendo", "es como si te marcaran" o "se nos quedan mirando" es algo que me sento muy pero muy mal, puesto que hasta ahora nadie y menos un amigo mio se había atrevido a cuestionar algo que yo he decidido con todas las cosecuencias, puesto que ya soy mayorcito. Es como si sales con un amigo con pluma y le dices que se corte "porque a ver que van a pensar..." Es algo que no comprendo.

En cualquier caso, mis vacaciones han comenzado y, con pulsera incluida, me voy unos dias a disfrutar de la feria de Campillos, y después de relax a Tarragona. Playa, fotos, trenes, y niños monos en bañador. ¿que mas pedir?


Los chicos del anuncio

sábado, 8 de agosto de 2009

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El otro dia en la parada del autobús me encontré con éste anuncio de calzoncillos Dolce & Gabbana, o como quiera que se escriba. Me llaman la atención muchos detalles de éste anuncio, porque ¿que puede llevar a un hetero a comprar calzoncillos D&G viendo este anuncio? Porque sólo hay hombres, hombres que están buenos, muy buenos o buenos que te cagas, y a juzgar por las apariencias todos gays. Fijaros si no en el que está mas a la izquierda, tiene una pose absolutamente gay, y para mas inri, le pone la mano en el hombro al de delante, que por supuesto ¡también es gay!. El detalle definitorio es cómo agarra de la pierna al de detrás, con suavidad, como queriéndole decir "en cuanto se vaya la cámara serás mio, ladrón".

Pero no perdamos de vista a los otros tres individuos. Del que está mas a la derecha hay que destacar, sin duda alguna, esa equilibrada tableta de chocolate. Está en su punto, ni mas, ni menos. Ya lo quisiera yo para mi. Además de estéticamente bonito, es útil pues puede servirte de fregadero. Pero fijémonos en esa barba tan perfectamente recortada: sólo hay una persona en el universo que lleve la barba tan perfectamente recortada: el "Parada" (en la foto el hombre de la izquierda, por si hubiera dudas). Y, qué decir, muy muy hetero no es que sea éste señor, así que por asociación de ideas, nuestro hombre barbudo y de hermosa tableta del anuncio es, lógicamente, gay.

¿Y el de al lado? Fijémonos en su cara de viciosete. Tiene pinta de tirarse horas y horas a diario en el bakala o en el chat de Chueca buscando folleteo. Seguro que se tira las tardes muertas sondeando víctimas a las que llevarse al huerto sin mayor piedad. O se pasa los ratos libres en los puntos de cruissing de las ciudades. Aunque, también es cierto, que tiene un poco pinta de ser el tipico hetero vicioso que se folla a todas las secretarias, no es menos real que los heteros viciosos son auténticos gays reprimidos. Yo acabé harto de ellos cuando descubrí que lo único que les interesaba es que les hagas lo que sus novias no les hacen, en lugar de pasar un buen rato mútuo. Que les dén. Por eso, debemos concluir en ésta tesis que el chico con cara de viciosete es gay.

Nos queda uno. Lo cierto es que no tengo muchos datos para concluir que este señor que posa ahí es gay o no. A mi, por su cara, me da la sensación de que le acaban de sacar de algún pueblo perdido de la mano de Dios y está completamente perdido. No se, es raro. A mi me parece que tiene un poco cara de paletillo. Pero, rodeado de tanto marica, ¿puede un hetero mantener su heterosexualidad intacta? Yo soy de los que piensan que la gran mayoria de la civilización nace bisexual. (que por cierto, qué facil seria todo si todos fueramos bisexuales no?

En fin, yo desde luego, a juzgar por los protas del anuncio, mañana estába comprándome dos docenas de calzoncillos D&G, pero me jode mucho gastarme un pastizal en un cacho de tela mas bien pequeño. Así que seguiré con mi ropa interior barata y eficaz aunque, posiblemente, menos estética. Aunque a decir verdad, como no tengo un cuerpo 10 para lucir tipín, me importa menos aún. Si tuviera esa tabletita... otro gallo cantaría.

Niños que te miran a los ojos

lunes, 3 de agosto de 2009

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En mi antiguo blog hablé muchas veces de lo incómodo que me siento cuando, espontáneamente, surge ese peculiar "juego de miraditas" con algún desconocido. Aunque tal vez la palabra no sea incómodo, sino "raro". Incómodo es cuando éste intercambio de miradas ocurre con alguien que te provoca flaccidez en lugar de erección. Me resulta raro cuando el que está al otro lado me gusta porque no sé muy bien qué hay que hacer después, si esque hay que hacer algo, que yo entiendo que sí, porque si no te gustase al que miras, no le mirarias.

La cuestión es que el otro dia, en el Cercanías, un hermoso ejemplar yogurin post-adolescente de ojos azulados no dejaba de quitarme el ojo. Me recordó un poco a la situación que viví hace un par de años en la inauguración del tranvía de Aravaca y Boadilla, cuando un joven imberbe no solo no me quitaba el ojo de encima sino que encima me preguntó un par de cosas muy estúpidas, tipo "¿tienes hora?". Y yo, lerdo de mi, fui incapaz de llevar la conversación un puntito mas allá. Aquel melenitas marchó campo a través mientras yo me quedé con mi calentura y mi amargura dando vueltas en el tranvía.

El ojitos azules del Cercanías parecia un poco mas joven que el del tranvía, pero tenia lo que con algunos amigos llamo "cara de malo", de hecho, yo creo que si le guiño el ojo me arrea dos ostias. Pero por otra parte, no entiendo qué puede llevar a un chaval hetero mirar tan fijamente a los ojos a un pive como yo que, además, llevaba ese dia una barba de varios dias bastante poco atractiva (a lo mejor era eso, que estaba horrible). Pero como en todas las historias de éste tipo, el tren llegó a su destino, nos bajamos, y desaparecimos por caminos distintos. Tal vez la próxima...

Liarse la toalla a la cabeza...

sábado, 1 de agosto de 2009

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... Y después ponerla en el carril cuando viene un tren. Esta acción básicamente es la que una amable señora tuvo a bien hacer cuando circulabamos con la locomotora por Miami Playa (que, aunque no lo parezca, es un pueblo de Tarragona) hace unos dias. No voy a contar el desenlace de la historia, porque es mas que evidente, pero sí que quiero destacar ese afán de los suicidas por tirarse al tren, existiendo métodos para morir muy dignamente: hay barrancos por los que tirarse, lagos donde ahogarse, pastillas para sobremedicarse, cuchillas cortavenas, gas butano para morir por asfixia o explosión, incluso hay un extenso catálogo de drogas ilegales con las que puede uno darse un buen chute y quedarse frito.

Eso si, siempre es recomendable antes de poner fin a la existencia de uno mismo, darse un rulito por el psicólogo, no vaya a ser que todo sean movidas mentales sin mayor importancia.

En cualquier caso, una muerte siempre es algo triste, y casi siempre que me toca tratar éste tema me acuerdo de éste final con el que es imposible aguantar sin soltar una lagrimita. ¡que cosas nos ponían de niños!