Aquel yogurín

miércoles, 16 de septiembre de 2009

 

Hace mas o menos un año, tal vez un poco mas entrados en octubre, cortaba con mi último novio, aunque en realidad no se si a aquel mes escaso se le puede llamar noviazgo. Aquel yogurín antequerano me volvía loco (y me sigue volviendo, pa que negarlo), y nuestra extraña relacion de amor y lejanía durante los tres años que han pasado desde que nos conocimos sigo recordándolos con agrado y cariño hacia él, algo que sin duda me consta que es recíproco.

Posiblemente jamás olvide aquel último fin de semana en mi casa de Campillos, último fin de semana de mi vida allí, pues ya me volvía para quedarme en Madrid. Después de muchos meses nos reencontramos y pasamos dos fabulosos dias, mas que de sexo, de pasión. Posiblemente como el resto de veces que hemos estado juntos, solo que en aquella ocasión era especial porque, en el fondo, era el fin de mi vida campillera.

El caso, es que a a mi querido amigo, lo conocí un verano, por casualidad, y me hizo mucha gracia el hecho de que me engañara con el tema de la edad: tenía 17 y me dijo que tenía 18. Sobre ésto, que es algo bastante mas común de lo que parece (aunque yo lo tengo olvidado, pues hace que no conozco a algún chico nuevo... un año y pico), leí una interesante entrada en éste blog, cuya lectura recomiendo encarecidamente, mas que nada por que creo que transmite muy correctamente lo que nos pasa por la cabeza a los que nos gustan los jovencitos (jovencitos, si, pero sin pasarse).

Hoy, además, mi pequeñín cumple 20. Felicidades.


0 comentarios: