Primera regla para mecánicos gays: poner bien las ruedas del coche

martes, 8 de septiembre de 2009

 

Mis dias vacacionales que tanto añoro (¿por qué no inventan un aparatito para que cada mediados de Septiembre podamos volver a primeros de Junio?) empezaron a torcerse al poco de llegar a Campillos. Mis vacaciones veraniegas, de hecho, estaban planificadas para poder volver allí y disfrutar de los dias de Feria. Ciertamente, no salió todo tal y como yo esperaba, pero sí fue bastante bien y me divertí muchísimo.

Uno de los dias de feria se vino Miguel. Y como el tren que mejor le venía no paraba en Antequera, tuve que bajar hasta Málaga a por él. Y fué volviendo de Málaga cuando empezó a torcerse la cosa. En concreto, empezó a sonar un ruido en una rueda, sobretodo al girar. Yo ya me temía averiado en Campillos y con una reserva para un bungalow en Tarragona para el lunes siguiente que temía perder. Así que paramos un par de veces a echar un vistazo a la rueda y a la dirección, pero nada de nada.

La noche la pasamos dándole al Legendario+Radical (tampoco entiendo porqué cuesta tanto encontrar ron Legendario en Madrid) y aunque inicialmente queríamos "parranda", al final optamos por ir en plan mas tranquilo.

Al dia siguiente comimos de maravilla, y entre otras cosas nos pusieron taquitos de rosada, un pescado que, como el Legendario, no hay quien lo encuentre fuera de Andalucia, y a mi me pierde. Y después tomamos café con uno de mis viejos ligues de Teba, un pueblo muy cercano. Y en ese recorrido, el ruido de la rueda fué yendo poco a poco a mas, hasta algún punto ciertamente preocupante. Una nueva revisión a la dirección, y nada anormal. Nos acercamos a Almargen y de paso vimos algún tren, y de regreso a Campillos, ya preocupado por el ruido del coche, opté por desmontar la rueda. Y fué al quitar la tapa de la llanta cuando descubrí... ¡que estaban tres de los cuatro tornillos fuera!. Desde luego que no nos matamos de puro milagro. Y lo peor de todo es que no logro entender cómo se han aflojado los tornillos cuando la rueda lleva meses y meses puesta, y un vándalo no ha sido porque una de las tuercas flojas era la antirrobo...

Solo me queda pensar que la última vez que la quité, que sería en Marzo o Abril, no apreté bien los tornillos... pero desde luego que no quiero ni imaginarme qué hubiera pasado si la rueda se hubiese escapado...

Pero bueno, solo fué un susto. A pesar de todo, a raiz de ésto las vacaciones se fueron torciendo poco a poco. Mañana mas.

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