Caliente, caliente

Hoy me levanté muy pero que muy calentorro. Y no, no me refiero a tener 40 de fiebre precisamente. Así que, aprovechando que estoy unos dias por Barcelona, me he puesto a trastear por internet a ver si encontraba en algún perfil alguna "victima" que llevar desesperadamente a la cama. He abierto unas cuantas páginas en las que estoy apuntado, he cambiado mi zona geográfica a Barcelona, y he estado mirando chicos.

Suena de super vicioso y salido ésto que cuento y que voy a contar, y sí, estoy necesitado, pero la verdad es que, visto el resultado, ni tan vicioso ni tan salido debo ser. Y es que, aunque ví un montón de perfiles, chicos monos, otros menos, activos, pasivos, bakalas, locas plumiferas, emos, o musculados, no mandé ni un solo mensaje. Llega un punto en el que empiezo a pensar en qué decir, cómo quedar, si le gustaré, si no, etc... y me entra mucha pereza andar enviando mensajes.

Así que se me pasó por la cabeza un plan B consistente en subir a la capital (estoy en Vilafranca del Penedès) y llegarme de cabeza a una sauna. Pero no, tampoco lo he hecho. Sólo he estado una vez en una sauna, y acompañado, y la experiencia no es que fuera muy satisfactoria (también es cierto que en aquella ocasión, no sabia muy bien en dónde me metía, ahora sí que lo sé). Aparte que aún no he aprendido a ligar con el jueguecito de miradas, como para intentar con el mismo sistema tirarme a un tio... paso, paso.

Me empieza a preocupar tirarme tanto y tanto tiempo sin tener un triste rollete. Lo necesito, pero hay algo dentro de mí que no me anima a dar ese pasito y encontrar a alguien. Tal vez sea extrema pereza, o tal vez esté quemado de las malas experiencias pasadas, no lo sé. Lo único que tengo claro es que, a éstas alturas, soy un experto en onanismo, tanto o más que cuando tenia diecisiete años.