Desaparecidos en combate

martes, 10 de noviembre de 2009

 

Leo en el blog de Adri "Diario de un chico gay" que su novio ha desaparecido del mapa. Ojalá tenga suerte y no sea nada, pero es una historia tan y tan común que presupongo el desenlace.

Dudo que haya una sola persona que no haya sufrido un ligue que desaparece. Un "si lo se no vengo". El caso es que, al leer la entrada de Adri, he recordado un post que escribí en mi antiguo blog a propósito de los ligues que desaparecen. Y como creo que últimamente no he escrito nada muy interesante, voy a reproducirlo aquí. Está escrito en Abril de 2007 y, he decir en honor a la verdad, que no recordaba haber escrito algo así, y mucho menos que lo hubiera pasado tan mal, pero al leerlo sí que lo he recordado, y hasta me ha emocionado. ¡Vaya tela!

Anoche en el curro estuve leyendo la segunda parte del "diario de JL", "Abriendo puertas". Me quedarán por leer unas 15 páginas, y aunque la primera parte me gustó, me resultó muy de pesada lectura. De hecho creo que de los libros que me he comprado últimamente, es el que mas tardé en leer.

En cambio "Abriendo puertas" me ha resultado muchísimo mas facil de leer, de echo anoche me lo leí prácticamente completo. Me sentí muy identificado con muchas de las reflexiones de JL, y aunque seamos completamente distintos, compartimos muchos puntos de vista.

He echado de menos una referencia a los ligues que yo denomino "si lo se no vengo". No es que yo tenga ni la experiencia ni la facilidad de ligue de JL, pero en este tiempo me he topado por lo menos con tres "si lo se no vengo". Son aquellos que, pretendiendo pasar de la amistad a algo mas, y que encima te hacen cierto "tilin", y dándote esperanzas e ilusiones, luego van y desaparecen sin decir ni pio.

El primero de ellos fué en la navidad de 2005. Se llamaba Manu, era sevillano, de raza gitana, y vivia en Virgen del Cortijo. Sin ser especialmente guapo, tenia su punto. Además, lo de ser gitano le daba un toque peculiar. No tenia nada de pluma, y era bastante varonil. Estudiaba magisterio musical. El primer dia que quedé con el nos enrollamos en la trasera de mi coche, y sin llegar a nada más, me lo pasé bastante bien. Él me figuro que también, porque me pidió que al dia siguiente, le acompañara al cumpleaños de una amiga suya, lo cual no me hacia mucha gracia, porque estar con una persona que no conozco, puedo hacerlo. Pero meterme en un fregado con varias personas desconocidas para mi, me corta no bastante, sino mucho. Y yo soy tímido por naturaleza.

A pesar de todo accedí, y la verdad que no lo pasé del todo mal. Estuvimos bastante acaramelados y en un momento dado, nos marchamos a repetir el ritual del dia anterior. Al despedirnos, me dijo que le caia muy bien, le gustaba mucho, y que me llamaria. El matiz de que "me llamaria" no lo debí captar.

El caso es que un par de dias después le llame, y se mostró bastante frio. Me dijo que no podia hablar, y me recalcó que ya me llamaria él. Y hasta hoy.

Mi segundo "si lo se no vengo" se llama(ba) Iván. Me conoció a través del bakala, me mandó un mensaje y al ver su foto me encantaron sus ojos marrones. Era guapo. Cuando empezamos a hablar por mesenger, nos contamos un poco nuestra vida. Era de Vallecas, y tenia una pluma bastante considerable según me confesó. Y tenia pluma, pero por lo menos conmigo no se mostró como una loca. La verdad que nos tiramos charlando largas horas frente al ordenador, hasta que un dia, realmente al muy poco de contactar, quedamos una tarde para dar una vuelta por el centro. Quedamos en los torniquetes de Atocha, y llegó tarde, yo la verdad que estaba ya cansado de esperar, y creo recordar que no me dió su número de teléfono, lo cual era un problema.

Al final apareció, con su peculiar gorro blanco siempre en la cabeza. El pobre tenia cierto complejo de haloplecia, y siempre iba con gorro. Nos fuimos andando hacia Chueca (tenia pinta de ser un gran conocedor de aquello, todo lo contrario que yo) y charlamos durante horas. La verdad que me cayó muy bien, y me figuro que él tambien, porque al despedirnos en el metro de Atocha, yo al menos me quedé con ganas de besarlo, y según me confesó él también.

Unos dias después repetimos el ritual, quedamos en Atocha, charlamos durante horas en una cafetería de Chueca, y regresamos a casa en el Metro. Nuevamente me quedé con ganas de besarlo al bajarme en Atocha. Otra vez será.

Pero no hubo otra vez. Unos dias después, cuando me vine a Málaga, empezamos a hablar casi todos los dias durante algunas semanas. Me decía lo majo que le parecia, que le caia "superbien" y que a ver cuando nos veíamos. Hasta que un lunes, le llamé pero no cogió el teléfono. No insistí mas ese dia. Así pasó el martes, el miércoles, el jueves. Y lo mas cojonudo es que, veía que se conectaba a su perfil de bakala, pero no al mesenger. En venganza no se como encontré una foto suya sin gorro por internet, lo cual me resultó cuanto menos curioso verlo, y no era para tanto.

El viernes por la tarde, decidí zanjar el asunto. Recuerdo que estaba cerca de Ronda haciendo fotos. Le llamé a las seis, a las seis y media, a las siete, a las siete y media, a las ocho y a las ocho y media. Me dí de plazo lo que tardaba en regresar a casa, como mucho hasta las diez, para borrarlo del mapa. A las nueve y cuarto me mandó un mensaje. Me decía que habia cometido un error, se habia enrollado con su ex, y que no estaba para hablar con nadie, ni para seguir con nada. Después de aquello hablamos un par de veces por internet, pero se mostraba muy raro. No insistí tampoco.

Hace poco, descubrí a través del Mesenger Plus, que me habia eliminado del mesenger. No se porqué, un tiempo después, aburrido en la locomotora, le dí un toque y empezamos a intercambiar mensajes, porque no sabia que era yo. Encima borró mi número. Al final de los mensajitos me volvió a agregar y guardar mi número, pero no se para que. Bueno, si lo se: para nada.

Lo que mas me jode de los "si lo se no vengo" es que insisten en decir que les caes bien, de maravilla, que eres supermajo, etc.... y luego te dejan mas tirado que una colilla. Sigo sin entender el placer que puede producir.

Con Manu estuve una semana un tanto confundido por haberme hecho aquello. Con Iván, fueron un par semanas de bajón. Con Javi, no se siquiera si lo he superado.

Javi, para mi, era ideal. Me casaba con él ahora mismo. Un chico andaluz, moreno, alto, fuertote, sin pluma, fuera del ambiente, sin experiencia, guapo... Podría seguir. Como Iván, fué él el que contactó conmigo a través de la página de contactos de Chueca.com. Empezamos intercambiando e-mails durante algunas semanas (e-mails que perdí por la gracia de Microsoft). Luego empezamos a hablar por mesenger, y la verdad que nos tirábamos las tardes charlando. Era extremadamente tímido, no me mandó la foto suya hasta después de conocernos, lo que conseguí tras insistir muchísimo tiempo. Y porque me personé en Puente Genil, casi obligándolo.

Realmente, nos hemos visto muy pocas veces. Pero mi obsesión por él ha sido grande. Me encantaba. Me encanta. Empecé a sentir como que todo lo que habia conseguido con él, era gracias a mi, que insistía, "tiraba del carro" y él se mostraba bastante indiferente, aunque hablábamos todos los dias, llamase yo o llamase él. Era muy desconcertante. Cogí por costumbre, en mis viajes en coche, pasar parte del viaje hablando con él (con el manos libres claro). Recuerdo que el dia que viajé de Málaga a Astorga, para el entierro de mi amigo Manuel, charlamos durante mas de dos horas y media. Fué un dia amargo para él porque le confesé que, el mismo dia que le conocí y nos enrollamos, me habia enrollado con otro chico previamente. Algo que nunca habia hecho hasta aquel dia (no soy tan puta).

El mes de diciembre transcurrió raro. Raro porque la muerte de Manuel me marcó durante varias semanas. Un dia quedamos Javi y yo en su pueblo, y estuvimos toda la mañana charlando en la estación. Todo un gozo para mi. El 29 de Diciembre, la primera y única vez que lo hicimos, en mi casa, fué la última vez que lo ví.

El 28 de Diciembre, mientras estaba en la oficina de tráfico de Málaga, me llamó mi jefe para darme la maldita noticia de que me trasladaba desde Campillos hasta Málaga, y que debia buscar piso allí. Fué un jarro de agua fria. Ya no solo por la mudanza, sino porque otros 70 km de diferencia iban a hacer las cosas muy dificiles, y más conociendole. Posiblemente aquello fuera algo decisivo en nuestro alejamiento. Y algo más.

Al dia siguiente, en mi casa, por primera vez, de corazon, pronuncié esas dos palabras que tanto y tanto miedo dan. Me salieron del alma. Él se quedó un poco pillado al oirlo. Se asustó, porque no decirlo. Como a mi me asusta cuando, más de una persona, me lo ha dicho y no era un sentimiento recíproco.

Con la navidad de por medio, él en Puente Genil, y yo en Madrid, hablabamos ya no todos los dias. El mes de Enero, fué cuando nos fuimos distanciando. Aunque para mi todo seguia igual. Fue muy emotivo el dia que él salió del armario. Recuerdo hablar con él llorando por estar muy confundo por todo ese asunto. Pero como todo lo superó. A pesar de todo, mi apoyo en aquellos dias no arreglaron nada. Todas sus promesas nunca llegaron. Nunca vino a ayudarme en mi mudanza. Nunca vino a por su regalo de reyes (aqui sigue). Tantas y tantas promesas que me hizo no se cumplieron, ni se cumplirán.

A finales de Enero, cuando estaba haciendo la mudanza, fué la última vez que me llamó. Entre otras cosas, me dijo que queria que nuestra "relacion" fuese a menos, que no quería sufrir por la distancia. Él siempre tan protector consigo mismo. Tan egoísta. Aquellas palabras dieron vueltas en mi cerebro durante muchos dias. Aquellas palabras eran justo lo contrario de lo que yo deseaba.

El último dia de mudanza lo recuerdo muy triste. Me sentia herido en lo mas profundo del corazón. No queria creermelo.

Aguanté dos semanas sin llamarle por teléfono. Necesitaba tiempo. No queria escucharle durante algún tiempo. Cuando lo hice, como de costumbre en el coche, ya nada era igual. Sentí muchísimas ganas de llorar. Se extrañó de que no le llamara como antes. Le dije que yo, a mis amigos, no les llamo todos los dias, lo cual es cierto. Impuso cierto "orden" en las llamadas, según él tenia que llamar una vez él, y la siguiente yo. La anterior a la de ese dia, habia sido él. Y hoy, dos meses después de mi llamada, no ha habido ninguna llamada mas.

Se me hace un nudo en la garganta al escribir esto, porque, por mas que quiero, me cuesta muchísimo olvidarme. Ahora que regreso a Campillos, posiblemente sea peor incluso. Pero la vida sigue.

Éstos últimos dias, no se porqué, recordaba una canción, muy ñoña, y que yo escuchaba de pequeño en la radio, de un grupo que se llamaba Los Lunes. La canción en cuestión se titula "Canción de despedida". Tal vez, esta sea, de verdad, nuestra despedida. Mi despedida.




2 comentarios:

Adrianos dijo...

a ver... yo "si lo sé acudo igual" :-) que no pierdo exxperiencias bonitas como esas por muy pequeñas que sean y por muy dolorosas que luego resultan... prefiero vivirlas, sentirlas y despedirlas (con lagrimas o con sornisas)

hablando de cine y música hay un precioso dialogo musical entre uno que quiere algo estable y alguien que solo busca la belleza efimera del gesto... aqui te la dejo
(la pelicula muy buena tb)

"la belleza del gesto"
http://www.youtube.com/watch?v=toGmQE8jIuo&feature=youtube_gdata

Anónimo dijo...

A mi no me ha pasado que un novio me haya dejado, más bien porque no he tenido, pero si gente que conoces y que de repente te deja de hablar sin saber porque. Duele, no dar explicaciones, es cruel

Un beso cielo