Mi historia boluda (I)

martes, 13 de abril de 2010

 

Mi aventura con aquel chico argentino del que hablé hace un tiempo comenzó allá por Navidad, recibí en el bakala un mensaje suyo diciendo que si me apetecia conocerle le enviara un mensaje. A decir verdad, no es que, para mí, resultara especialmente atractivo, pero le contesté dándole mi dirección de mesenger. El caso es que pasaron al menos un par de meses hasta que coincidimos en el ordenador, y aquel dia charlamos y charlamos durante mucho rato. Él parecía animado a conocerme, así que al dia siguiente, antes de irme a trabajar, me acerqué a charlar un rato con él, y fué todo muy correcto.

Como sólo charlamos y parece que nos quedamos con ganas de "algo mas", después de trabajar me volví a acercar y cenamos juntos, seguimos charlando durante mucho rato, y al final terminamos enrollándonos en el coche.

Creo que fué en aquella cena donde, en un sutil comentario mío, le dejé entrever que, con chicos que se drogan, no me "ajunto", y, sorprendido, sólo comento "pues mejor no te vengas con mi pandilla". A mi me resultó extraño que le sorprendiera mi comentario, porque en el perfil de bakala lo pongo muy claramente, pero bueno. Creo que volvímos a quedar un par de veces mas, seguiamos hablando por el mesenger, y finalmente un dia me invitó a ir a cenar a su casa, ya que quería presentarme a una amiga suya lesbiana (colombiana de 16 años, él tiene 20), que a su vez le iba a presentar a su ligue, una chica de Talavera, a la que éste chico no conocia tampoco. Yo que soy super timido, no me hacía mucha gracia el plan, pero finalmente acepté.

El caso, es que por circunstancias varias, llegué casi una hora tarde a la cena, y la escena, cuando aterricé, era cuanto menos peculiar: su amiga, la de 16 años, estaba borracha como una cuba, tanto como para no mantenerse en pié por sus propios medios. El entretenimiento que tuvieron mientras yo llegaba fué haberse pimplado una botella de tequila entre los tres (mas ésta chica que los otros). La otra chica, super maja, estaba alucinando por aquella situación. Y mi amigo, aunque contento, no llegaba a los niveles de pedalizamiento de aquella muchacha, que ciertamente daba una imagen bastante lamentable.

El caso es que empezamos a cenar, y durante la cena, salió a relucir el caracter tan a la defensiva que tenia éste muchacho y que ya había comprobado en otras ocasiones, y por lo que descubrí, también el resto de amigos latinoamericanos de su cuadrilla tenìan este tipo de respuestas. No recuerdo exactamente si fueron éstas palabras, pero fué algo parecido a ésto:

- ¿Te gusta?
- Está bueno, pero tal vez había que haberlo dejado un par de minutos mas en el horno
- ¿Me estás diciendo que no se cocinar?
- Yo no he dicho éso

Y aqui la muchacha de Talavera, dijo:

- ¡Ves! A eso me refiero. Ella me hace lo mismo, y por lo que veo no es la única.

Después de aquello la chica borracha empezó a hacer comentarios absurdos sobre los "latinos", el regetón, y tonterías varias. A medida que la velada seguía, hice buenas migas con la muchacha de Talavera, que parecía estar alucinando tanto o más que yo. En un momento dado, la chica borracha, cogió una botella de whisky que había en la mesa, la abrió, y para sorpresa de todos empezó a beber a morro un trago largo de cojones. La chica y yo nos miramos alucinados de semejante barbaridad que acababa de hacer aquella, ya de por sí borracha, muchacha de dieciséis años.

A partir de aquel momento la cosa se empezó a torcer, mi argentino empezó a beber también y cambió de opinión con respecto a lo que haríamos después de la "velada", que en un principio era quedarnos juntos a dormir en su casa, ahora decía que irnos a una discoteca perdida de la mano de Dios, algo que a mi sinceramente no me apetecía lo mas minimo, y mas visto como pintaba el asunto. Las otras dos chicas también discutian por algo parecido.

Durante aquella discursión sobre que hacer o que no hacer ya empecé a sospechar que algo no iba bien y que, sobretodo, estos chavales lo que tenían es un problema bastante serio con la bebida. Una cosa es que te pongas contento, y otra que haya mas alcohol que leucocitos en la sangre, y que ésto te lleve a discutir por auténticas ridiculeces... no puede ser.

Seguirá...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Menuda escena! No sé si calificarla de esperpéntica o bochornosa, de todos modos me he quedad con la intriga de saber qué pasará. Por lo menos sé que saliste vivo, de lo contrario no podrías haberlo contado, jajaja. Un saludo.

peibol dijo...

Mario, mario, vaya historia, sorprendido me has!