El pipiolo

martes, 2 de noviembre de 2010

 

Aqui estoy de nuevo frente a la pantalla, después de una ausencia demasiado prolongada. Sé que suena a "lo de siempre" pero este fin de semana, por fin, he podido descansar. No he descansado ni un solo fin de semana desde que volví de las vacaciones de Agosto, si no he trabajado, he estado de viaje, o he tenido algún "sarao" que me ha tenido ocupado. El último, y posiblemente el mas agotador de todos, ha sido la jornada de puertas abiertas en el Museo del Ferrocarril, que como bien cuenta Miguel en su blog, hizo que durmieramos muy poco y nos diéramos un tute increíble a currar, limpiar, maniobrar, y enganchar material que llevaba mucho tiempo parado.A eso hubo que añadir un par de problemillas que tenía en mi Siata y que tuvimos que resolver la madrugada del viernes al sábado entre Carlos y yo para poder llevarla al Museo el sábado temprano. Al final dormimos dos o tres horas, pero valió la pena.

Hablando de coches, estoy preparando mi última semana de vacaciones para poder meterme a fondo con algunas reparaciones mecánicas que tengo pendientes en los dos 127 y que espero poner a punto para Diciembre, la verdad que en época de frio son los coches mas agradecidos de llevar porque su calefacción funciona bien. El escarabajo está ya plenamente operativo, y espero seguir disfrutandolo un dia de éstos que no llueva y salga un poquito el sol.

Por último, ha aparecido otro "imprevisto" que me ha pillado un poco por sorpresa. Un par de semanas antes de preparar las puertas abiertas en el Museo, nos encontramos un pequeño gatito negro, de no mas de 3 semanas, que estaba a punto de despeñarse de un viejo vagón... y se despeñó. El pobre se pegó un leñazo desde más de metro y medio de altura, de morros, lloraba desconsoladamente y sangraba por la nariz. Al final, como soy el único con casa propia y conocimientos gatunos, me lo tuve que traer a casa y, aunque no quería quedármelo, porque después de la muerte de Lucas no me apetecía volver a tener dos gatos, al final le estoy empezando a coger cariño y creo que se quedará. Lo que no se es cómo llamarlo. ¿Fito? ¿Alguna propuesta?

1 comentarios:

Unknown dijo...

¿Desde que vagón se despeñó?
Si es un Jota pues llamale jota, si es un Ore ya sabes...