Exposición, trama y.... desenlace

lunes, 31 de enero de 2011

 

Bueno, mi aventura con Edu, el chico del que hablé en alguna ocasión anterior en el blog, ha quedado definitivamente finiquitada. Después de desaparecer durante dos semanas, me mandó un mensaje al Facebook diciéndome, resumidamente, que un chico que había conocido antes que a mí le había pedido salir formalmente, que había accedido y que, vista la situación, podríamos seguir siendo amigos.

Os podéis figurar cómo se me ha quedado el cuerpo después de ésta historia, así que finalmente el sábado quedamos para que me devolviera un libro que le presté (y al que tengo un especial cariño, por eso no he querido perderlo), y a su vez yo le entregué una carta en la que respodía a su mensaje del Facebook.

En esa carta, además de contar lo decepcionado (y dolido) que me he quedado, le dije que yo no podía seguir siendo amigo de alguien que ha sido capaz de hacerme tánto daño. No os podéis figurar las dos semanitas negras que he pasado por éste tema, aunque tal vez algo de culpa tengo yo por haber puesto demasiadas espectativas, pero es lo que me apetecía y me ilusioné con él. Ilusión que, como se puede ver, no ha sido recíproca.

El caso es que, mi idea era, después de darle la carta, borrarle del Facebook y del mesenger, pero, tal vez aguardando algún resquicio de esperanza, no lo hice. El mismo sábado por la noche, en el Metro de vuelta de la cena con mis amigos, conectado desde el tablet, comenzó a hablarme diciendo que entendia y que respetaba mi decisión, y que reconocía que había sido un error conocerme estando ya conociendo a otro pive, y que su único afán en lo de ser amigos es, alguna vez, saludarnos y saber qué tal nos va todo. Y que mil disculpas.

Me acosté releyendo sus últimas palabras y por la mañana, finalmente, y costándome mucho, le borré totalmente, porque ha sido una historia que a mí me ha dolido y rayado muchísimo, he estado pendiente constantemente de si se conectaba o si no, de si publicaba algo en el facebook, o subía una foto, de cualquier comentario, y así no puedo ni quiero estar.Quiero olvidar todo y pasar página. Si algún dia me lo encuentro por la calle no voy a negarle el saludo ni mucho menos, pero por ahora... prefiero no saber nada de él. Incluso si pasado unos meses me escribe, no voy a tener reparos en respoder, pero ahora mismo, no lo quiero ver ni de lejos. Creo que es lo mejor para mí.

Solo me queda dar las gracias a mis amigos que, vinieron desde Barcelona, de Toledo y de Madrid para estar unas horas conmigo y ayudarme a pasar este vache. Porque, tener un amigo es tener además un tesoro, como dice la canción, y a ellos se la dedico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, yo he tenido un asunto así hace poco. Con borrado del Facebook incluido (hoy en día sacar a alguien de tu vida supone borrarla de las redes sociales...). Afortunadamente después de la pataleta hablamos como personas civilizadas y todo ha quedado en plan amigos.

Espero que estés recuperado, ese chico no era el único del mundo, seguro que mereces alguien mejor y más sincero. Un abrazo.

Mario dijo...

Gracias compañero. La verdad que cuando estás así de jodido macho, te dan ganas de morirte, pero al final siempre es un bache que se pasa. Estos días la verdad es que estoy muy bien y muy tranquilo.

Saludos!